El domingo pasado, me levanté tempranito, y me fui con Tango a pasear. Como de costumbre, llevé mi cámara de fotos. El cielo estaba limpísimo, ni una nube, todavía se podía ver la luna. Mientras caminábamos, iba buscando tesoros, como cuando voy caminando por la playa mirando la arena a ver si encuentro un caracol raro :)
Encontré una casita blanca, humilde, había un señor mayor sentado en el patio del frente, así que lo saludé y le pedí permiso para sacarle fotos a sus dalias.
Al ratito vino la dueña de la casa que se interesó mucho por la forma de tomar fotos tan de cerca. Le expliqué acerca de las macros, cómo se hacen y qué resultados se ven en la imagen cuando se cargan en la computadora. También le mostré cómo se veían sus flores en el visor de la cámara. La señora se quedó encantada, y muy "orgullosa" de que alguien fuera a tomar fotografías de sus flores.
Al llegar a casa pensé que las mandaría a imprimir y cualquier día de estos le llevo las copias a esa pareja de gente mayor tan agradable.
Fue una linda experiencia haber charlado con ellos.
2 comentarios:
Esas dalias se ven muy bonitas y cuando le veas a la señora felicítale también de mi parte por tener tan lindas flores!!!
Una linda experiencia donde una pareja mayor repentinamente aprendió de una extraña sobre el macro y enorgulleció a la señora su esfuerzo y energía que pone en sus plantas.
Completamente de acuerdo el esfuercito de imprimir y regalarles las imágenes, será el regalo que no se espera y cuando llega alegra el corazón.
Exacto, Fab, no solo me llevé imágenes hermosas, sino que pasé un agradable momentito con estas personas. Un abrazo, V.
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