La vida, como tu tronco, hojas verdes alejándose de las espinas, buscan la vida allá arriba...pero abajo nada es fácil. Te acuesto, y te miro...acariciando tus espinas mis manos sangran, pero ya me acostumbré, y así también puedo acariciar tus hojas. Te acuesto...te acaricio...sangro.
lunes, 7 de enero de 2008
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1 comentario:
Qué buena esta composición, me gustó mucho. Y es muy cierto, la rosa en su belleza va poblada a su vez de espinas.
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